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Desahucio por precario: qué es y cómo enfrentarlo

Desahucio por precario: qué es y cómo enfrentarlo

El desahucio por precario se presenta como un fenómeno jurídico de gran relevancia en el ámbito del derecho civil español. Para muchos propietarios, es una herramienta esencial para recuperar el control de sus propiedades en situaciones de ocupación no autorizada. Sin embargo, este proceso no es solo mecánico; está impregnado de consideraciones sociales y emocionales que afectan tanto a propietarios como a ocupantes. Este artículo profundiza en los aspectos legales, el procedimiento y las alternativas disponibles para manejar estas situaciones de manera efectiva.

La comprensión del desahucio por precario es vital tanto para propietarios que buscan recuperar su vivienda como para ocupantes que enfrentan la posibilidad de un desalojo. A través de este artículo, proporcionaremos un análisis exhaustivo del proceso, sus implicaciones legales y las estrategias para evitar caer en esta situación.

Contenido

Desahucio por precario: una herramienta legal y sus implicaciones

El desahucio por precario se define como la acción legal que permite a un propietario recuperar la posesión de su inmueble cuando este es ocupado sin un título válido. Este tipo de desahucio es esencialmente **revocable**, lo que significa que la ocupación puede ser cancelada en cualquier momento por el propietario. Este mecanismo se vuelve crucial en contextos donde la ocupación se produce de manera informal, como puede ser el caso de familiares o amigos que se quedan en una vivienda sin un acuerdo formal.

La importancia del desahucio por precario radica en su capacidad para resolver situaciones que, aunque no violentas, son **ilegitimas**. Muchos propietarios se enfrentan a dilemas emocionales al tener que desalojar a personas cercanas, lo que añade una capa de complejidad a la resolución de estos casos.

¿Qué significa realmente «precario»? Definición y contexto jurídico

El término “precario” proviene del ámbito jurídico y hace referencia a una situación de **posesión gratuita** de un bien inmueble sin un título que justifique dicha ocupación. Es decir, una persona está en una propiedad sin pagar alquiler, sin contrato y sin un permiso formal por parte del propietario. Este concepto es esencial para entender cómo se configura la acción de desahucio por precario.

El **Código Civil español** no define explícitamente el precario, pero la jurisprudencia lo ha desarrollado detalladamente. Según el Tribunal Supremo, la figura del precario se establece cuando una persona disfruta de un inmueble sin autorización del propietario y sin contraprestación económica.

Ejemplos comunes de situaciones de precario:

  • Un miembro de la familia que vive en una vivienda de un pariente sin pagar.
  • Una persona que ocupa una propiedad sin tener conocimiento de su titularidad.
  • Una cesión de uso que se acordó por un período determinado, el cual ha sido excedido sin formalización.

La revocabilidad de la posesión en precario significa que el propietario puede recuperar su inmueble en cualquier momento, lo que ofrece una protección legal ante ocupaciones no deseadas.

Legitimación activa: ¿quién puede iniciar el desahucio por precario?

La acción de desahucio por precario puede ser ejercida por diversas figuras que tienen un derecho legítimo sobre la propiedad. Estas incluyen:

  • Propietario registrado: La persona que figura como titular en el registro de la propiedad.
  • Usufructuario o arrendatario: Aquellos que tienen derechos de uso del inmueble.
  • Coproprietarios: En situaciones de comunidad de bienes, cualquier copropietario puede actuar en beneficio del total.

En cuanto a la legitimación pasiva, es decir, contra quién se puede ejercer esta acción, incluye:

  • Cualquier ocupante sin título: Personas que están en el inmueble sin justificación legal.
  • Terceras personas: Aquellos que accedieron a la propiedad sin consentimiento del propietario.
  • Familiares: Personas que ocuparon el inmueble de manera informal y sin un acuerdo contractual.

Un aspecto crítico en estos casos es la alegación de una supuesta “tolerancia” por parte del propietario. Sin embargo, la jurisprudencia sostiene que el propietario puede revocar esa cesión en cualquier momento, sin necesidad de justificar su decisión.

Requerimiento extrajudicial: una alternativa para evitar el juicio

Antes de iniciar un procedimiento judicial, es recomendable realizar un **requerimiento extrajudicial** al ocupante. Este documento tiene como objetivo:

  • Notificar formalmente al ocupante sobre la revocación del permiso de ocupación.
  • Invitar al ocupante a abandonar el inmueble de manera voluntaria.
  • Evitar un juicio y sus costes asociados a través de una solución negociada.

Aunque este paso no es obligatorio, su valor probatorio ante un juez es significativo. Un requerimiento bien documentado demuestra la buena fe del propietario e indica un intento de resolución pacífica del conflicto. En muchos casos, esta acción ha permitido a propietarios recuperar sus inmuebles sin necesidad de acudir a los tribunales.

Proceso judicial: desde la demanda hasta el lanzamiento

Si el ocupante no desaloja el inmueble tras el requerimiento, el siguiente paso es el procedimiento judicial. El desahucio por precario se tramita como un **juicio verbal**, caracterizado por su agilidad en comparación con otros tipos de demandas.

Etapas del proceso judicial:

  1. Presentación de la demanda: Debe presentarse ante el juzgado de primera instancia del lugar donde está el inmueble. Es necesario aportar prueba de la titularidad y demostrar que el ocupante no tiene un título legal.
  2. Admisión a trámite: El juzgado notifica al demandado, quien tiene 10 días para presentar oposición.
  3. Señalamiento del juicio: Si hay oposición, se señala fecha para el juicio. Si no hay oposición, se dicta sentencia directamente.
  4. Sentencia: Si el juez estima la demanda, se ordena el lanzamiento, es decir, la expulsión del ocupante.
  5. Ejecución: Si el ocupante se niega a abandonar, el juzgado ejecuta el lanzamiento con la ayuda de la fuerza pública.

El proceso puede tardar entre 3 y 6 meses, dependiendo de varios factores, incluidos la carga del juzgado y la existencia de oposición. Aunque es más rápido que un juicio ordinario, sigue siendo preferible evitarlo si es posible llegar a un acuerdo.

Plazos y costes: una visión general del desahucio por precario

Los plazos y costes asociados al desahucio por precario son aspectos cruciales que los propietarios deben considerar. Generalmente, los tiempos son los siguientes:

  • Desde la presentación de la demanda hasta la sentencia: entre 3 y 5 meses.
  • Si hay oposición, el proceso puede extenderse a 6 meses o más.
  • Si el ocupante presenta un recurso (poco común en casos de precario), el proceso puede alargarse hasta 9 meses.

Costes asociados al proceso:

  • Honorarios de abogado: Varían entre 600€ y 1.500€, según la complejidad del caso.
  • Honorarios de procurador: Oscilan entre 200€ y 400€.
  • Gastos judiciales: Generalmente no se aplican tasas a personas físicas, pero sí a entidades o empresas.

Dada la incertidumbre y los costes involucrados, muchos propietarios son reacios a iniciar este proceso. Aquí es donde el asesoramiento legal especializado se convierte en un recurso valioso para explorar alternativas y evitar gastos innecesarios.

Casos especiales de desahucio por precario: situaciones comunes

Los casos de desahucio por precario a menudo involucran relaciones previas entre el propietario y el ocupante. Algunas situaciones comunes incluyen:

  • Hijos mayores: Situaciones en las que hijos adultos continúan viviendo en la vivienda familiar tras un divorcio o herencia.
  • Parientes cercanos: Tíos, sobrinos o primos que se quedan en la casa sin un acuerdo formal.
  • Amigos: Personas a las que se les ha prestado la vivienda “temporalmente” y que no se marchan.
  • Inquilinos informales: Personas que ocupan una propiedad cuyo contrato de arrendamiento ha expirado.

En todos estos casos, si no hay un contrato formal, ni pagos realizados, se puede proceder con un desahucio por precario, siempre que se demuestre que la ocupación es gratuita y sin consentimiento actual del propietario.

Cómo prevenir un desahucio por precario: estrategias efectivas

Prevenir un desahucio por precario es siempre preferible a tener que lidiar con los trámites judiciales. A continuación, se presentan algunas recomendaciones para evitar esta situación:

  • Formaliza cualquier cesión por escrito: Incluso si es con familiares, un contrato claro puede evitar malentendidos.
  • No prolongues ocupaciones sin un plazo definido: Define un tiempo claro para cualquier cesión de uso.
  • Documenta requerimientos: Haz un requerimiento formal y claro si deseas que alguien se marche.
  • Consulta a un profesional: Acude a un abogado especializado que pueda ayudar a mediar la situación.

Gran parte de los conflictos por precario derivan de la falta de claridad en las relaciones iniciales. Abordar estas situaciones con una comunicación abierta y acuerdos claros es esencial para evitar problemas futuros.

La ley de segunda oportunidad: un enfoque integral para evitar desahucios

Desde nuestra experiencia como abogados, hemos visto cómo la **Ley de Segunda Oportunidad** se convierte en un aliado crucial para prevenir desahucios. Esta legislación permite a las personas en situaciones de sobreendeudamiento encontrar soluciones viables para reestructurar sus deudas y, en muchos casos, evitar la pérdida de su hogar.

El enfoque integral de esta ley considera las circunstancias personales y económicas, ofreciendo alternativas que permiten a los propietarios y ocupantes negociar acuerdos justos. Mediante la mediación y el asesoramiento legal, se pueden evitar procedimientos judiciales y encontrar soluciones que beneficien a ambas partes.

Comprender las opciones legales disponibles es fundamental para tomar decisiones informadas que eviten la confrontación y el desgaste emocional asociado a los desahucios. La combinación de la Ley de Segunda Oportunidad con asesoramiento legal adecuado puede ofrecer un camino hacia la estabilidad financiera y la recuperación del control sobre la vivienda.

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